La Villa de Teguise fue la capital de Lanzarote desde mediados del s.XV hasta 1852, año en el que sería sustituida por Arrecife. Quizás por ello Teguise es uno de los rincones más frecuentados por quienes visitan la isla, debido a su riqueza artística y monumental; no en vano, ha sido declarada "Conjunto Arquitéctonico Histórico-Artístico", lo que la convierte en una de las villas más antiguas de Canarias que han escrito las páginas más nobles y célebres de la historia de Lanzarote; unas páginas a las que a continuación nos adentraremos para recordar la historia de la princesa Teguise, quién dió nombre a este bello municipio.
Según cuenta la leyenda, Guadarfía, el que fuera soberano de la isla, vivía con su mujer Guanarama en el castillo de Zonzamas. Frutos de sus amores nacen dos niños: Teguise y Guillén. La primera destaca por su singular hermosura, sus padres la contemplan con un cariño entrañable, deseando que cuando llegue su juventud sea colmada de las atenciones a que su estirpe es acreedora. Pasados unos años, la niña pasa a ser una guapa adolescente cuya mirada cautiva a todo aquel que la contemple. Más de un galán se prenda de la esbeltez de Teguise y, cuando contemplan las montañas de Famara o los islotes que ciñe de espumas el mar, sienten arder en sus venas el fuego del ímpetu juvenil.